Ya he dicho unas cuantas veces que a mí el arte moderno no acaba de gustarme del todo, pero me regalaron las entradas y a caballo regalado... El caso es que aproveché el viaje a Madrid para una entrevista de trabajo y me pasé por el Museo Reina Sofía, en el que solo había estado una vez hace muchísimos años.
Decidí entrar sin ideas preconcebidas ni tapujos, a la espera de que me sorprendieran
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